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Mujeres reales, con historias reales

La prostitución es un oficio que nos negamos a ver como una profesión más, que se ha visto fuertemente atacado a través del tiempo, más allá de esto se encuentra las historia de vida y lucha que permanente de esta mujeres que muchas de ellas a diario cargan una cruz en sus hombros, porque no están orgullosas de lo que hacen como lo dirían otros en otro tipo de trabajo. De acuerdo a lo percibido en los lugares que se visitan, estas zonas cargan un ambiente pesado y al que estas mujeres se han tenido que acostumbrar, ya que por necesidad y la necesidad de sus familias toman la decisión de dedicarse a este oficio.

Algunas  trabajadoras sexuales del sector de la Veracruz, ubicado en el centro de Medellín piden a la alcaldía que les asignen un lugar específico donde ellas puedan ejercer su oficio sin tener ningún tipo de problemas con las autoridades, según una de las mujeres entrevistadas que por motivo de confidencialidad no revela su identidad “me gustaría que  nos pagaran un salario mínimo ya que es muy difícil conseguir clientes buenos, porque uno en el día se hace cuarenta mil pesos por cliente”

Otro de los sectores reconocidos que se encuentra ubicado en el municipio de Itagüí aledaño a la ciudad de Medellín, que es llamado la “Raya”, se caracteriza por contar con locales donde estas mujeres prestan su servicio sexual y a diferencia del sector de la Veracruz a las trabajadoras del sector les exigen las pruebas de laboratorio llamadas Elisa, para garantizar condiciones de salud para ellas y sus clientes.

 

A pesar de que ellas trabajan legalmente, expresan su inconformidad ya que se sienten desprotegidas al no tener las garantías de un trabajo formal, Yuliza expresa “Yo ya llevo 20 años en esto y mamárselo a un man a las 3 de la mañana no es fácil, hasta me deberían pensionar”. Muchas de ellas afirman que trabajan en esto porque tienen hijos que mantener o porque en la casa sus padres las maltratan.

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